Descubre cómo el arte de enfocarte en tus objetivos puede transformar tu vida y ayudarte a alcanzar tus metas.
A estas alturas de la vida, estoy convencida de que todos podemos lograr lo que nos propongamos. El problema no es si podemos o no, el desafío es si estamos dispuestos a pasar por el proceso y todo lo que ello implicar, eso sin mencionar que hay que decidir qué es lo que se quiere, pues no basta con saber que sí puedes lograrlo, hay que saber hacia dónde vamos para poder descubrir el arte de enfocarte.
Siempre he sabido que no quiero pasar el resto de mi vida encerrada en una oficina, detrás de un ordenador, sin embargo, mi problema había sido que no sabía exactamente a qué quería dedicarme el resto de mi vida, me pasan mil ideas por la cabeza y al final no terminaba por empezar ni una sola,
Una de las cosas que se me facilita es la planeación y coordinación para llevar a cabo tareas enfocadas a un objetivo, pero cuál tendría que ser mi meta, me preguntaba, porqué me resulta tan sencillo hacerlo para los demás, pero a mi me está costando tanto, gastaba tiempo cuestionándomelo y al final terminaba sin hacer nada.
Incluso cuando inicié este proyecto me costó desarrollarlo, no solo por el hecho de sentirme expuesta, si no que trataba de encontrarle algún propósito o sentido, siempre buscando hacia dónde me llevaría. Poco a poco he comprendido que lo único que necesitamos es enfocarnos en iniciar el viaje hacia lo que queremos ser, pues no hay manera de descubrir qué pasará en el camino si no empiezas a caminarlo, quizás descubres nuevas cosas y decides redireccionar la ruta o quizás descubras que te apasiona más de lo que pensabas, no siempre vamos a saberlo hay que aventurarnos a descubrirlo.
De igual forma entendí que curiosear aquí y allá te vuelve hábil más no experto y no digo que sea malo, pero cuando tu atención está en tantas cosas a la vez, se vuelve más complicado llegar a la meta.
Entre tantas opciones por hacer, decidí enfocarme en lo que quiero ser, esto me permite tomar decisiones y actuar con forme a esa lista de cualidades que quiero desarrollar en mí, de manera que todo aquello que no aporte nada a lo que quiero ser, lo desecho, aun cuando eso pueda resultar muy placentero.
Quizás no debamos preocuparnos por lo que queremos hacer el resto de nuestras vidas, pues tenemos toda una vida para descubrirlo, probablemente debamos poner nuestros ojos en lo que nos queremos transformar, en ese camino de evolución necesaria para vivir una vida plena y feliz, que sin duda implica una decisión.
Una vez que tomamos la decisión de hacerlo, lo más importante es mantenernos firmes, parece sencillo, pero casi siempre resulta ser lo “más difícil” pues supone un enfrentamiento a nuestros miedos, la decisión de dar un paso hacia lo desconocido siempre puede resultar abrumadora y despertar inseguridades, miedos que solo podemos vencer enfrentándolos.
Otra de las claves para alcanzar la meta visualizada, radica en qué tan comprometido con lograr tu objetivo vas a estar; porque definitivamente nos vamos a encontrar con muchos obstáculos algunos tan simples como la pereza, la decidía, el placer inmediato, el desánimo, y lo único que vamos a tener para vencerlo es la voluntad y el firme compromiso con nosotros mismos de llegar a esa meta.
Inicié aplicando esto en mis objetivos personales como el cuidado de mi alimentación, rutinas de ejercicio, hábitos de matutinos, entre otros, pero poco a poco fui extendiéndolo a otras áreas de mi vida, especialmente en mis relaciones de todo tipo.
Me costó mucho, me cuesta aún, pero cada vez se vuelve menos difícil rechazar invitaciones que no aportan nada a la vida que quiero llevar. Anteriormente solía salir constantemente a eventos sociales, de aquí para allá, conociendo personas nuevas o lugares de moda aun cuando no tuviera una real amistad con las personas, digamos que sólo era por convivir; de ninguna manera estoy diciendo que esto sea malo, lo que intento transmitir es que al día de hoy, tengo otras prioridades y compromisos a los cuales decido dedicarles tiempo y esfuerzo.
Es probable que más tarde reciba alguna invitación a salir y deba decidir entre asistir o quedarme en casa a escribir algún artículo pendiente, o ir al gimnasio a cumplir con mi rutina diaria, o quedarme a preparar mis alimentos para la semana o bien tenga que escoger entre todo eso y asistir al llamado de ayuda de mi mejor amiga , en cuyo caso deba renunciar a todas las opciones anteriores, pues ese vínculo resulta aun más importante para mi.
Debo confesar que me cuestioné mucho el hecho de empezar a limitar mi círculo social, pero poco a poco fui acomodando cada pieza en su lugar, para mí. no se trata de alejarte de las personas, en mi caso me refiero más bien a los entornos, a lo largo de nuestra vida conocemos a muchísimas personas que van aportando crecimiento, pero llega un punto en donde mantenerse enfocado es necesario, las relaciones sociales son necesarias, sin embargo, hay que saber elegir entre lo que aporta y lo que me aleja de la vida que quiero vivir, en otras palabras, hay que aprender a renunciar a unas cosas para priorizar otras.
Alguna vez nos hemos detenido a analizar cuánto tiempo le estamos dedicando a aquello que no nos suma, nos construye o aporta algo positivo a nuestras vidas. Comienza hoy a trabajar en tu enfoque y verás los resultados.